11 marzo 2010

EL SABOR DEL REENCUENTRO

Artaza y Cherutti se presentaron en Punta...


El Casino Nogaró se renovó esta temporada y trajo a Punta del Este algo que no es habitual en nuestro balneario, obras de teatro que se mantengan todo el verano, lo que nos alegra porque es una industria que genera fuentes de trabajo y hace circular dinero en nuestro país... Uno de los productores que invirtió en este proyecto fue nada menos que Eugenio Justiniano Artaza (por algo le dicen 'Nito'...), que llegó a la sala del reconocido casino de Gorlero para despedirse de los escenarios acompañado por su ahora amigo Miguel Ángel Cherutti.

Después de decirse de todo menos 'lindo' y 'bueno', Artaza y Cherutti se volvieron a juntar después de casi diez años para convertirse en la gran reconciliación del verano (aunque si estos dos se ponen a hacer obras con cada uno de los que se pelearon, no les alcanzaría la vida para hacer tantas...). El lugar elegido para montar el ¿nuevo? espectáculo fue Uruguay y no Argentina, donde siguen compitiendo entre ellos por cuál lleva más espectadores, y es por ésto que sólo pueden venir una vez por semana a Punta del Este a ofrecer su show, ya que los lunes es el único día que sus obras no tienen función en Mar del Plata.

La obra se llama Artaza & Cherutti, y si bien la primera impresión al conocer el título seguramente sea 'pah, se mataron con el nombre...', no podría existir título más acertado porque justamente describe todo lo que vas a ver en el espectáculo: A Artaza, a Cherutti, y ese emotivo abrazo en el que se funden sobre el final del show que pueden observar en la imagen de cabecera de este post sobre las peladas de los cincuentones espectadores que se deleitaban de las ocurrencias de estos dos maestros contemporáneos del género de revista, y que dejo chiquititito como lengua de piojo a la reconciliación de Los Olimareños.

Como planteábamos recién, el espectáculo no tiene bailarinas, no tiene escenografía, no tiene cambios de vestuario, no tiene a nadie más sobre el escenario que a ellos dos haciendo lo que mejor saben hacer, lo que no es necesariamente bueno, porque lo que mejor saben hacer es lo mismo que vienen haciendo hace años y años... Adivinen... ¿Artaza imitando a Menem? Sí. ¿Cherutti cantando un tema de Sandro? Sí. ¿Artaza contando una seguidilla de chistes ordinarios? Sí. ¿Cherutti cantando tango enlazado con un monólogo cómico? Sí. ¿Un sketch del matrimonio Kirchner? Infaltable...

Así y todo, los dos siguen siendo capocómicos de primer nivel, dos showman híper carismáticos que hacen pasar al público una noche realmente divertida, porque ambos tienen amplia capacidad para hacer reir, y lo logran cómodamente, porque si bien nos podemos quejar de que sea reiterativo, hay varios momentos realmente desopilantes.

Algún pequeño detalle que me gustaría remarcar es que por más que el show vale la pena más allá que uno tenga la sensación que hay cosas que ya vio, hay varios chistes que se van al caraj* de viejos, varios de Artaza tenían un olor a naftalina que se olían desde La Barra, y que yo tengo en mi libro Chistes para Chicos de Pepe Muleiro... Otra cosa es que la obra está absolutamente argentinzada, tanto así que en varios momentos mencionan "acá" refiriéndose a Argentina, y estoy segurísimo que un no-argentino que no está demasiado informado, ni aunque le alcancen un folleto con las explicaciones va a cazar chistes sobre el Banco Central, Redrado, y la UCR... Y finalmente, otro pormenor que quisiera mencionar es que me dio la sensación que Cherutti da para más, y no es un comentario en su contra sino a su favor, creo que es capaz de dar bastante más de lo que ofrece en esta obra, por su parte Artaza hace todo lo sabe hacer y no se le podría exigir más que eso, porque lo que se ve en la obra es todo lo que Artaza sabe, algo parecido pasa con Cherutti, pero da la impresión que no se explota al máximo como su compañero.

Para resumir, es una obra absolutamente recomendable, disfrutable, y divertida, para pasar un buen rato con cosas que no sorprende pero sabemos que son efectivas, y por supuesto que quienes asistan sin muchas pretensiones la pasarán mejor. Una humilde sugerencia es que si fueron a ver Lutherapia dejen pasar un buen tiempo para ver esta otra obra, pero una vez que se es pase el efecto Luthiers, vayan tranquilos y sin culpa a reírse de Artaza contando que el colmo de la impotencia es empujar la lengua con los dedos...

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